¡El tal crecimiento de los cultivos de coca no existe!: Viviana Manrique

¡El tal crecimiento de los cultivos de coca no existe!: Viviana Manrique


La semana pasada entramos en pánico los colombianos con los informes de crecimiento de los cultivos de coca, el primero el de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) que señala 96.00 hectáreas (has) y el segundo, del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América con crecimiento de 188 mil hectáreas, con mediciones e indicadores diferentes ambos demostraron el crecimiento elevado y el descontrol obvio de los cultivos de coca en Colombia, a muchos se les pasó por la cabeza la película de 15 y más años atrás cuando el cultivo crecía y crecía en épocas de los carteles de la droga.
Escrito por Viviana Manrique Zuluaga.
El gobierno de Juan Manuel Santos comienza a responder poco a poco a estos informes, manifestando cual acepta y cual no, como si se pudiera ocultar uno u otro. El ministro de defensa explica sus teorías para explicar el fenómeno relacionado con la suspensión de la fumigación, por otro el Alto Consejero del Posconflicto dice cuál de los informes se acepta y cual no, y por otro la Señora Canciller mitigando el impacto internacional real de los informes a partir del hecho que según ella los campesinos cultivaron más coca para acceder a recursos del posconflicto a partir de la sustitución de cultivos. Cada uno desde su punto de vista y con respuestas que simplemente no convencen y solo dejan entrever el descuido absoluto frente al tema ante la prioridad del proceso de paz en La Habana.
Pero de las respuestas más sorprendentes llama la atención la del Ministro Pardo quien expresó en los medios que no reconoce el crecimiento evidente de los cultivos de coca planteado en el informe del Departamento de Estado, que solo reconoce el del SIMCI (Sistema Integrado de Monitoreos de Cultivos Ilícitos de la ONU) dado que al reconocerlo estaría aceptando la ausencia de estrategia, de liderazgo y la nulidad absoluta de acciones para controlar el fenómeno. Con explicaciones de tipología de medición entre uno y otro informe trata de desconocer el del Departamento de Estado.
Se señaló entonces como gran solución que la meta del gobierno para este año es la erradicación de 100.000 hectáreas que no existen claro, si siguen el informe de la JIFE son 96.000 entonces ¿para que erradicar 100.000 si son 96.000? ahí están las contradicciones de los funcionarios de gobierno. Por otro lado, como garantizar que en un año erradiquen 100.000 sin usar fumigación y con un plan de 50.000 has de erradicación manual. ¿Lo que no se logró en 6 años y medio se va lograr en 1 año? Queda la inquietud.
Así mismo, sorprende la explicación relacionada con la suspensión de la fumigación con glifosato como una razón para justificar el crecimiento de cultivos ya no sirve de excusa, se ha presentado en varias ocasiones en el marco de la Comisión Nacional de Estupefacientes (donde posan los expertos en drogas del país) la discusión pero no se pasa del debate, ¿porque no se ha utilizado otro químico diferente al glifosato? ya probado incluso en Europa sin efectos a la salud humana y al medio ambiente, como el glufosinato de amonio (herbicida natural) el problema no es el glifosato es que no se quiera utilizar la fumigación responsablemente.
Ahora cuando con esos resultados se amenazan los fondos de cooperación del gobierno de los Estados Unidos de América a Colombia es que se empiezan a mirar unos a otros para buscar soluciones inmediatas imposibles de ejecutar en corto tiempo.
El problema no es solo el crecimiento de los cultivos sino el impacto que eso genera en la comercialización ilícita y en el consumo, se está hablando de 700 toneladas de coca por año, lo que marca notablemente el liderazgo de la droga colombiana en la región y en el mundo. Aumentando al mismo ritmo el consumo de drogas que es una amenaza evidente según el consenso internacional mundial. A la fecha no se ha escuchado la posición del Ministro de Salud Alejandro Gaviria al respecto.
Por otro lado, queda sobre la mesa el hecho de que ante el crecimiento de los cultivos de coca crece también el negocio del narcotráfico liderado por las FARC, ya suscrito el acuerdo de paz con este grupo guerrillero, no tiene sentido que siga el crecimiento y las incautaciones de coca en Colombia, ¿no será que están organizándose de tal manera que puedan continuar con tan rentable negocio? O como dijo la Canciller Holguín desde la Comisión de Estupefacientes realizada en Viena esta semana, es por la incidencia de carteles extranjeros que están detrás de la hoja de coca que crecen los cultivos, entonces no sólo falla el combate a los cultivos sino a los carteles de narcotráfico que están comercializando ilegalmente, entonces si estamos retrocediendo 15 años.
Es claro que si no hay estrategias permanentes, no casuales para dar respuestas a la comunidad internacional, nunca se va a controlar y/o acabar con los cultivos de coca en el país, no basta con erradicar y en 3 meses tener resiembra, se requieren soluciones contundentes y a largo plazo. Dan vergüenza las excusas de los altos funcionarios competentes en el tema de las drogas en Colombia para tapar el abandono en la agenda de gobierno que ha tenido por más de 6 años el tema de las drogas ilícitas.

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